CULOCRÍTICA

A mamporro limpio

Cuando los guionistas Lee Anthony Smith y Gregory J. Bradley escribieron el guión de ‘El asesino’ pensando en su ídolo Jet Li como protagonista no creyeron ni de lejos lo que pasaría después. “Es una de esas raras ocasiones en la que sueños así se hacen realidad” A Li, sin embargo, le costó meterse en la piel del asesino Rogue. Su religión budista le obliga a tener una peculiar visión sobre la violencia. Sin embargo, Li ya hizo de malvado en su debut en Hollywood con ‘Arma letal 4’ (1998) enfrentándose a la pareja Gibson-Glover. Pero, a pesar de lo duro que pueda parecer en pantalla, este especialista de las artes marciales reconoce que es tímido con las chicas. “Me pongo rojo enseguida”. Al protagonista de títulos como ‘Romeo debe morir’ y ‘Danny the dog’ le acompaña Jason Statham, otro tipo de armas tomar. En ‘El único’ no pudieron luchar juntos. Ahora, seis años después, ‘El asesino’ es su segunda oportunidad. Statham se hizo un nombre protagonizando ‘Cerdos y diamantes’ de Guy Ritchie y las dos partes de ‘Transporter’. Pero a nadie se le puede escapar el parecido más que razonable entre Statham y Bruce Willis. Algo que le ha abierto más de una puerta. Puede que luche mejor, pero el sarcasmo y la naturalidad que tiene el héroe de ‘La jungla de cristal’ en Statham brillan por su ausencia. Y es que en ‘El asesino’ no hay tiempo para mucho diálogo. En medio de una sangrienta guerra de mafias chinas, los caminos del agente federal Jack Crawford (Statham) y Rogue (Li), un despiadado asesino ávido de venganza, se cruzarán irremediablemente. De la dirección se encarga a duras penas Philip G. Atwell, responsable de algunos videos musicales de raperos como 50cent y Eminem, y de un capítulo de la serie ‘The Shield’. ‘El asesino’ es su flojo debut en la gran pantalla. Atwell quería que su primer trabajo contara con escenas de acción más realistas, sin tantas florituras visuales de otros títulos como las dos entregas de ‘Transporter’. Pero no hay que engañarse. Cintas como ‘El asesino’ abarrotan las estanterías de los videoclubs con titulos en los que palabras como ‘total’, ‘mortal’ y ‘letal’ aparecen en todas las combinaciones posibles. Su montaje apelotonado y su historia, que no es nada original –de hecho, parece una nueva versión desmejorada de ‘Por un puñado de dólares’, de Sergio Leone- dan muestra de por dónde no debe encaminarse el cine de acción.