Sunday, October 14, 2007

CULOESTRENO

Celos peligrosos

Parece ser el año de las nuevas versiones. ‘Carretera al infierno’, ‘El último beso’... Ahora llega ‘La huella’, ‘remake’ del filme clásico de 1972 dirigido por Joseph L. Mankiewicz. En aquella ocasión, a Michael Caine le tocó el papel joven. Más de treinta años después, el veterano actor retoma el rol que magnificó el gran Lawrence Oliver.
La idea de reescribir la historia viene de lejos. A Jude Law (‘Cold mountain’) siempre le fascinó la obra original de teatro –escrita por Anthony Shaffer- en la que se basó el título de Mankiewicz, pero fue a raíz de una conversación con su buen amigo, el diseñador gráfico Martin Halfon, cuando el proyecto finalmente tomó cuerpo. Halfon se metió a productor y arrastró con él a Law, que ya había debutado produciendo la futurista ‘Sky Captain y el mundo del mañana’.

Sin embargo, el texto de Shaffer necesitaba cambios. “Había que rejuvenecer la historia”, dice Law. Y para ello contactaron con el que luego se convertiría en Premio Nobel de Literatura, el dramaturgo Harold Pinter. Tras una “larga y divertídisima” comida con Law y Halfon, Pinter aceptó el reto encantado. “La obra de Pinter es completamente distinta a la que escribió Anthony Shaffer. No es la misma película. La hemos hecho diferente”. En el pasado festival de Venecia, tanto Law como Branagh dejaron bien clarito que no se trataba de un ‘remake’. De hecho, puede decirse incluso que lo escrito por Pinter complementa –y de qué manera- el trabajo de Mankiewicz.


Y es que la mano del Premio Nobel se nota en la construcción de la trama y los diálogos. Se han recortado más de cuarenta minutos al título original y se ha reescrito un texto que se acopla mejor a la actualidad. Tiene, en definitiva, más mala leche. Algo que otras cintas se echa de menos.
Sin embargo, del argumento no se ha tocado ni una línea. Un famoso novelista de misterio, Andrew Wyke (Caine), desafía a un actor en paro, Milo Tindle (Law), del que sospecha que ha seducido a su mujer. De esta manera arrancará un juego en el que las consecuencias serán, finalmente, imprevisibles.

Despues de atar a Pinter, fue como robarle un caramelo a un niño contratar a Michael Caine. El actor dijo incluso que “sería divertido hacer una nueva versión” y es, sin duda, uno de los puntos a favor que tiene la nueva versión Kenneth Branagh, especialista en llevar a la gran pantalla textos teatrales. Porque Jude Law está bien, secunda con solvencia a Caine, pero en la parte final sucumbe. Caine se lo come. Literalmente. Se trata, sin duda, de una de las interpretaciones del año y que, seguramente, tendrá su recompensa.
Pero este duelo interpretativo de altura no habría sido posible si no es gracias a unos diálogos bien escritos que son, en definitiva, el elemento más atractivo de una película que, para nada, se hace aburrida. Todo lo contrario. Engancha, a pesar de que sólo cuenta –sorprendentemente- con dos actores. Harold Pinter incluso se reserva un cameo al salir por la televisión en un plano del filme. Un toque de humor para un título más que serio.

Trailer 1972



Trailer 2007

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